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[Columna de opinión] De la Antártica a la Didáctica de las Ciencias

Por: Emanuel Sotelo

Licenciado en Ciencias Naturales, profesor de Educación Media en Biología y Química, Universidad de Chile. Magíster (C) en Didáctica de las Ciencias Experimentales, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Investigador adscrito Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos, y Asesor en Educación Unidad de Escuelas y Docencia Instituto Milenio BASE.

 

El 2023 situó a la Antártica en el centro de las conversaciones políticas e internacionales, un hito que abre una nueva reflexión sobre su importancia en el Currículum Nacional de Chile, y su enseñanza sistematizada en el aula… ¿Estamos haciendo lo suficiente por involucrar a las nuevas generaciones? ¿Nuestro profesorado cuenta con las herramientas para desarrollar contenidos en la sala de clases? ¿Y son los estudiantes de Pedagogía los nuevos profesionales llamados a involucrar temáticas de futuro en sus enseñanzas?

En noviembre, el presidente Gabriel Boric arribó al continente helado junto al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) António Guterres, con el objetivo de aunar esfuerzos para mitigar efectos del cambio climático. Meses después, el prestigioso diario The New York Times señaló que 2023 fue el año más cálido de la Tierra en los últimos 174 años, con una capa de hielo invernal -en los mares alrededor de la Antártica- que llegó a niveles bajos sin precedentes… La protección del continente helado estuvo presente en conversaciones y titulares.

En Punta Arenas, se conocieron las y los ganadores de la Feria Antártica Escolar (FAE). Un concurso nacional realizado por el Instituto Antártico Chileno, que invita a estudiantes de primero a tercero medio de todo el país a participar enviando sus propuestas de investigación en materias polares. Estudiantes de Talca, Rancagua y Puerto Montt, ganadores de la última versión, viajaron hasta isla Rey Jorge, Antártica, permaneciendo en la base científica Profesor Julio Escudero del INACH, y compartiendo con investigadoras e investigadores del Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN). Un viaje que, para muchos, se transforma en una experiencia inolvidable.

Cada año, ferias científicas, capacitaciones, coloquios, y charlas de divulgación han sido impulsados por el programa EXPLORA y sus Proyectos Asociativos Regionales (PARes) como el proyecto situado en la región de Magallanes. El Centro de Investigación GAIA Antártica, perteneciente a la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de la Universidad de Magallanes (CIGA UMAG) cada año colabora con instituciones en el marco de la “Ruta del Iceberg”, y desde su instalación, la SEREMI de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Austral, ha impulsado iniciativas de socialización del conocimiento polar, al igual que centros de excelencias como IDEAL, CHIC, y también el Instituto Milenio BASE.

Pese a este fértil ecosistema de comunicación polar, el “Currículum Nacional”, aquella herramienta proporcionada por el Ministerio de Educación que entrega las bases curriculares, programas, y planes de estudio vigentes que deben implementar las y los docentes de acuerdo a la legislación nacional, aún excluye las temáticas antárticas que se podrían abordar desde la Ciencia, la Historia o incluso desde la mirada de las Ciencias para la Ciudadanía. Por ejemplo, los objetivos propuestos por el MINEDUC para primer año medio, en materia de Biología, y de tercer año medio, vinculados al electivo de Biología de los Ecosistemas, podrían aportar y dar pie para incluir conceptos como “biodiversidad antártica”, “cuidado y conservación del territorio,” y “efectos del cambio climático”. 

¿Y cómo entregar herramientas para la sala de clases? En un contexto donde el entorno social influye directamente en los aprendizajes de las y los estudiantes, y donde las y los docentes -altamente exigidos- deben innovar y adaptar las enseñanzas, surge la Didáctica de las Ciencias como proceso de enseñanza-aprendizaje que puede contribuir a fortalecer esta relación, y entregar nuevas perspectivas a futuros docentes.

La Didáctica de las Ciencias busca contrarrestar una mirada que considere a las y los estudiantes como receptores pasivos, incentivándolos a responder preguntas de contenido específico, o diseñando experiencias que alejen al docente como único protagonista de la clase. A partir de mi experiencia, como profesor de Educación Media en Biología y Química, he observado el enorme potencial que esta perspectiva puede entregar a la enseñanza de temáticas relacionadas con la Antártica como elemento de incentivo y reflexión.

Durante dos años, desde la Unidad de Escuelas y Docencia del Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos, conocido como Instituto Milenio BASE, hemos impulsado el trabajo con estudiantes de la carrera de Pedagogía en Educación Media en Biología y Química de la Universidad de Chile, para diseñar Secuencias de Enseñanza-Aprendizaje que contemplen miradas desde la Didáctica: Considerar elementos como objetivos de aprendizaje dados por el currículum nacional, indicadores de evaluación específicos, conceptos para generar un aprendizaje nuclear, habilidades que van a desarrollar las y los estudiantes, y las actitudes que vamos a fomentar como docentes, son lineamientos que nos pueden ayudar a desarrollar mayores aprendizajes significativos, y nuevas miradas para las y los docentes en formación.

Enfoques como Controversias socio-científicas (CSC), o Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), nos pueden ayudar a acercar la Antártica a la sala de clases desde la Didáctica de las Ciencias. Reflexionar sobre controversias actuales, contextualizando una problemática e involucrando directamente a la sociedad como actores participantes, permitiría fortalecer habilidades de las y los estudiantes en la toma de decisiones, o debatir sobre los efectos del cambio climático en el continente helado, considerando las relaciones en las tramas tróficas, y el rol del kril antártico (Euphausia superba) en los ecosistemas australes. Del mismo modo, que las y los estudiantes determinen una problemática dentro de una comunidad, e intenten dar una solución a través de una pregunta investigable, podría abordar temáticas que investigadoras y investigadores polares ya desarrollan en la Antártica, como la acidificación de los océanos, la llegada de especies invasoras, el derretimiento de los glaciares, o el agujero en la capa de ozono. 

Con lo anterior es posible trabajar la Alfabetización Científica Crítica (ACC), que se refiere a la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias de una manera que fomente el pensamiento crítico y la comprensión profunda de los conceptos científicos. 

Esto implica brindar a las y los estudiantes, oportunidades para participar activamente en la investigación científica, realizar experimentos y desarrollar habilidades de investigación y análisis de datos. Además, la alfabetización científica crítica también se relaciona con la capacidad de las y los estudiantes para aplicar el conocimiento científico en contextos del mundo real, tomar decisiones éticas relacionadas con la ciencia y participar en debates y discusiones informadas sobre temas científicos.

La Antártica es un continente único, con un entorno aislado que permite realizar investigación científica de frontera, e incide en nuestros océanos y biodiversidad. Por ello es fundamental y urgente sumar a nuestros estudiantes y profesores en formación a su conocimiento. La Didáctica de las Ciencias busca potenciar a estudiantes protagonistas de su propio aprendizaje, y docentes capaces de entregar herramientas formativas, y estrategias didácticas para que las y los estudiantes construyan su propio aprendizaje. Somos conscientes que el camino es extenso, ya que identificar los conceptos que las y los estudiantes incorporarán, las habilidades que desarrollarán, qué tipo de dificultades podrían enfrentar y cómo se podrían aplicar los aprendizajes incorporados, no es tarea fácil. Sin embargo, considero que un lineamiento desde el MINEDUC podría fortalecer la puesta en práctica de un conocimiento antártico que está siendo desarrollado a partir de experiencias individuales, que también podrían ser colectivas y así ampliar su impacto.

Porque sumar a niños, niñas, jóvenes y docentes a una conciencia global que aporte desde el cuidado individual, colectivo y social de la Antártica, pero que también transmita el necesario sentimiento de urgencia sobre el cuidado de los ecosistemas polares a nuestros tomadores de decisiones, es una tarea en la que, desde la Didáctica de las Ciencias y la educación antártica, podemos desde ya empezar a aportar.

 

Foto principal: I. Milenio BASE / N. Politis

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