El Dr. Peter Convey ha desarrollado una estrecha relación con Chile, colaborando activamente con equipos nacionales en el estudio de la biodiversidad subantártica. De visita en el Laboratorio de Ecología Molecular (LEM) de la Universidad de Chile, el ecólogo terrestre con casi 40 años de experiencia en el British Antarctic Survey (BAS), Convey, reflexiona sobre la colaboración científica, el estudio de la biodiversidad antártica, y el futuro del continente helado.
Un viaje que conectó a Reino Unido con Puerto Williams, y que finalizó en Santiago de Chile proyectando nuevas colaboraciones científicas: así resumió lo que va de su año el ecólogo terrestre Dr. Peter Convey, que -de visita en nuestro país- calificó su conexión con Chile como una “relación de muchos años”. Para el investigador del British Antarctic Survey (BAS), enfrentamos un momento vital para la investigación en materia de adaptación, biodiversidad y biogeografía. Área de estudio en la cual la Ciencia tiene un rol fundamental.

– ¿Qué aspectos definen la biodiversidad?
Es complejo definir la Biodiversidad, y eso es algo con la mayoría de las personas no está familiarizada. Un elemento de la biodiversidad es el recuento de especies. Otros elementos se relacionan con aspectos como su abundancia, qué tamaños de población existen y qué tipos de rasgos poseen que les permiten sobrevivir en su entorno. Eso puede no parecer biodiversidad.
– ¿Y en torno al conocimiento de la biodiversidad antártica?
La mayoría de los organismos que viven en la Antártica no son familiares para la mayoría de las personas, incluso los pequeños invertebrados. Podría mostrarlos en jardines o bosques de aquí y la mayoría de la gente no sabría que existen. Aquí, se pueden encontrar parientes muy cercanos a los mismos organismos que viven en Antártica. Sin embargo, la mayoría nunca ha aprendido sobre ellos ni se da cuenta de que existen. Además, hay muchos grupos verdaderamente microbianos que solo pueden observarse con un microscopio.
El Dr. Convey es un ecólogo terrestre con casi 40 años de experiencia en la investigación de ecosistemas polares, habiendo trabajado en 15 campañas de verano y una de invierno en la Antártica, así como en diversas expediciones árticas en Svalbard (Noruega). Su labor en el British Antarctic Survey (BAS) lo ha convertido en un referente en el estudio de la biodiversidad y los efectos del cambio climático en las regiones polares.

Ciencia desde el fin del mundo
El investigador senior del Instituto Milenio BASE ha establecido una sólida vinculación con la comunidad científica chilena, especialmente a través de su colaboración con la Dra. Tamara Contador, investigadora del Instituto Milenio BASE. Su trabajo conjunto ha permitido ampliar el conocimiento sobre los ecosistemas terrestres antárticos y su respuesta a las presiones ambientales. Esta colaboración ha sido fundamental para fortalecer el papel de Chile en la investigación polar, promoviendo la participación en proyectos internacionales y el desarrollo de estrategias de conservación.
El también Profesor Honorario de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), ha sido un actor clave en la formulación de prioridades científicas internacionales a través del Comité Científico de Investigaciones Antárticas (SCAR). Ha trabajado en programas como “Evolución y Biodiversidad en la Antártica” (“Evolution and Biodiversity in Antarctica”en inglés) y “Sensibilidad Regional para el Cambio Climático en Antártica” (“Regional Sensitivity to Climate Change in Antarctica” en inglés), contribuyendo al entendimiento de la evolución biológica en condiciones extremas y los impactos del cambio climático. Sus estudios han demostrado la capacidad de resistencia y adaptación de la biodiversidad antártica, proporcionando datos clave para la conservación de estos ecosistemas frágiles.
Mediante la colaboración con el Laboratorio Wankara de Ecosistemas Dulceacuícolas Subantárticos y Antárticos, la Universidad de Magallanes (UMAG), y el Centro Internacional Cabo de Hornos para Estudios de Cambio Global y Conservación Biocultural (Centro CHIC), además del Instituto Milenio BASE, la línea de investigación encabezada por la Dra. Tamara Contador (UMAG/CHIC/BASE/INVASAL) ha establecido puentes de colaboración entre ciencia y educación a través de -por ejemplo- talleres ambientales en el Parque Etnobotánico Omora en la ciudad de Puerto Williams.

Al mismo tiempo, Convey y Contador han vinculado sus estudios en insectos como centinelas del cambio global en la reserva Cabo de Hornos, con la educación ambiental, la formación de jóvenes investigadores en la región de Magallanes y el estudio** “Diversificación antigua en ambientes extremos: exploración de la biogeografía histórica del mosquito alado antártico Parochlus steinenii“** publicado en 2023 por la Dra. Claudia Maturana (BASE/CHIC) y Dr. Elie Poulin, (UChile/BASE), entre otros co-autores nacionales e internacionales.
La investigación, destacada en la nota “Descubriendo el papel de los insectos en la resiliencia climática”, resalta la importancia de Parochlus steinenii* * como un indicador biológico esencial para comprender cómo los ecosistemas antárticos responden al cambio climático. Inicialmente, la investigación de la Dra. Contador se centró en Parochlus steinenii, un insecto que habita en las Islas Shetland del Sur, pero que también se encuentra en Georgia del Sur y en el extremo sur de Sudamérica, en el archipiélago de Cabo de Hornos. “Eso inmediatamente nos llevó a interesarnos en su fisiología, cómo sobrevive en su entorno, su morfología y su biogeografía, es decir, cuánto tiempo han estado ahí las distintas poblaciones”, explicó el Dr. Convey.
En su rol de divulgador, el investigador del British Antarctic Survey también ha desempeñado un papel activo en la educación y difusión de la investigación antártica y polar. Su participación como Embajador STEM y su labor docente en diversas universidades refuerzan la importancia de la colaboración internacional en la ciencia antártica.
– ¿De qué forma se podría comunicar el conocimiento científico a la ciudadanía?

Creo que una de las cosas más espectaculares de la Antártica es su singularidad. El entorno, el hielo, los pingüinos son tan diferentes a todo lo demás que hemos visto. La biodiversidad de la Antártica es única, especialmente porque muchas especies sólo existen allí. Los pingüinos, por ejemplo, aunque comunes en otras latitudes, solo habitan en la Antártica. La conservación de su biodiversidad es esencial, y no hace falta ser una especie grande o colorida para ser importante. Además, la biodiversidad en la Antártica es compleja, con diferentes regiones únicas dentro del continente. Debemos proteger toda esa biodiversidad, y como extranjero chileno, reconozco que es un ejemplo único de biodiversidad global. Existen mecanismos para protegerla a través del Tratado Antártico, pero para hacerlo, necesitamos conocerla mejor. A pesar de los riesgos humanos, la Antártica sigue siendo mayormente prístina, y todavía estamos en una posición para contribuir a su protección.
“Los cambios en la Antártica tienen profundas consecuencias para todos nosotros”, señala el Dr. Peter Convey, también profesor visitante de biología polar del Departamento de Zoología, de la Universidad de Johannesburgo, en Sudáfrica. Reflexión que surge luego referirse al VIII Congreso Chileno de Investigaciones Antárticas (CCIA) que junto al XII Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica (CLCA) se realizaron en Valdivia del 28 de julio al 1 de agosto de 2025, además del XIV Simposio Internacional sobre Ciencias de la Tierra en Antártica (ISAES, por su sigla en inglés) que se realizó del 18 al 22 de agosto de 2025 en Punta Arenas y que nuevamente llevó a Convey de visita a la región de Magallanes y de la Antártica Chilena. Instancias que buscan intercambiar conocimientos y promover el intercambio de ideas en torno a la ciencia antártica y subantártica.
“Un nuevo año de relevancia para la ciencia antártica en Chile”, subraya el investigador polar británico en referencia al 2025 como “Año Internacional de la Conservación de los Glaciares” declarado por la ONU y acompañado de la proclamación del 21 de marzo de cada año como Día Mundial de los Glaciares. Oportunidad para sensibilizar a la opinión pública mundial sobre el papel fundamental de los glaciares, así como sobre las repercusiones económicas, sociales y medioambientales de los cambios inminentes en la criosfera de la Tierra, señala el organismo internacional.

El Dr. Peter Convey advirtió sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para conservar la Antártica, uno de los últimos entornos prístinos del planeta. “Estamos en una posición en la que podemos hacer una gran contribución para protegerla”, afirmó, subrayando que “el conocimiento que obtenemos hoy es crucial para proteger estos ecosistemas en el futuro”.
Además, destaca la importancia de la cooperación internacional en la investigación polar, mencionando su trabajo con instituciones chilenas como el Instituto Milenio BASE y la Universidad de Magallanes. En este sentido, hace un llamado a fortalecer la investigación con más recursos y compromiso global: “Aún estamos a tiempo de hacer las cosas bien. La Antártica es uno de los últimos espacios prístinos del planeta y tenemos la responsabilidad de protegerla para las futuras generaciones”, concluyó el Doctor e investigador antártico-subantártico.
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Por Benjamín Groff y Nadia Politis
Edición: Constanza Barrientos
Fotografías: Tamara Contador, Constanza Barrientos y Nadia Politis / Instituto Milenio BASE
Referencias:
Chown, S.L. et al. (2022). Antarctic Climate Change and the Environment: A Decadal Synopsis and Recommendations for Action. SCAR, Cambridge.
Cannone, N. et al. (2022). Acceleration of climate warming and vascular plant expansion in maritime Antarctica. Current Biology, 32, 1-8. DOI: 10.1016/j.cub.2022.01.074.
Bokhorst, S. et al. (2022). Temperature impact on the influence of penguin-derived nutrients and mosses on non-native grass in a simulated polar ecosystem. Global Change Biology, 28, 816–828. DOI: 10.1111/gcb.15979.